miércoles, 16 de mayo de 2007

LOS CONSEJOS BOLIVARIANOS DE TRABAJADORES


Por: Colectivo de Trabajadores en Revolución

Esta es una propuesta organizativa del Colectivo de Trabajadores en Revolución, fundamentados en el preámbulo constitucional que establece el carácter participativo y protagónico de nuestra Democracia y debe ser aplicada tanto en el ámbito público como el privado.

Los Consejos Bolivarianos de Trabajadores (CBT) se conciben como instancias de articulación e integración que permitirá a los trabajadores y trabajadoras ejercer su participación no sólo en la toma de decisión, sino en la gestión de la Empresa, en concordancia con las políticas públicas trazadas por el Gobierno Revolucionario orientadas a la conclusión de una sociedad de equidad y Justicia Social.

Son una respuesta política de los trabajadores desde las bases, a la exigencia del momento histórico que vivimos.

Los Consejos Bolivarianos de Trabajadores (CBT) son análogos a los Consejos Comunales, sólo que su ámbito de acción es el Centro de Trabajo y su función está orientada a la organización y participación social de los Trabajadores en la toma de decisiones que afectan no sólo al trabajador sino también a la producción y al entorno social en el que se desarrolla.

La toma de decisiones se hará a través de mesas de trabajo, discusión y análisis conformados por trabajadores y trabajadoras que tienen un fin común, abarcando así los aspectos administrativos, tecnológicos, operativos y laborales de la organización; le da viabilidad a la cogestión como cambio en las relaciones de producción formando un elemento multiplicador de conocimiento y motivando círculos de estudios en toda la organización. No sustituye a los Sindicatos, los retroalimenta y direcciona políticamente, evaluando las contrataciones colectivas y el desempeño de la acción sindical y a sus dirigentes.

Prepara a los trabajadores para asumir en el futuro la conducción del centro de producción, institución de servicios o dependencia del Estado, a través de la autogestión Revolucionaria. Se relaciona activamente con el entorno social que le rodea estableciendo redes de participación con los Consejos Comunales, Misiones y Organizaciones Sociales como CTU, Madres del Barrio, Mesas de Agua, Mesas de Energía etc.

Los Consejos Bolivarianos podrán ejercer la Contraloría Social entendida ésta como la fiscalización, control y supervisión del manejo de los recursos recibidos o generados por la empresa, factoría, prestación de servicio o institución etc. Así como también el control de la planificación, desarrollo, ejecución y seguimiento de los programas y proyectos de inversión, presupuesto ejecutados y por ejecutar.

También podrán postular a los candidatos a integrar las direcciones y gerencias laborales o autoridades cogestionarias, pero no elegirlos pues serán elegidos mediante elecciones libres, universales, directas y secretas garantizando la personalización del voto.

Los Consejos Bolivarianos de Trabajadores serán constituidos por líneas de producción, departamentos, direcciones, divisiones etc.

Sus voceros son trabajadores o trabajadoras elegidos o elegidas libre y democráticamente con carácter de revocabilidad por la Asamblea de Trabajadores quien es la máxima instancia de decisión y estará integrada por todos los trabajadores y trabajadoras activos, contratados, jubilados y pensionados del Centro de Trabajo.

Los voceros de los CBT, departamentales, etc., integran el Consejo Bolivariano de Trabajadores Central de fábricas o dependencias.

Estos a su vez elegirán un vocero que llevará las propuestas u opiniones y decisiones del CBT ante los entes rectores de la empresa, y ante las organizaciones comunales y de la Sociedad civil.

Los Consejos Bolivarianos de Trabajadores pueden establecer mecanismos de integración y de socialización de experiencias con otros Consejos Bolivarianos de otras fábricas o dependencias.

Esta es sólo una propuesta para ser discutida y mejorada, sólo es un papel de trabajo que presentamos sujeto a corrección y/o modificación, que una vez desarrollado como propuesta final es una herramienta indispensable para el proceso de acumulación de fuerzas del movimiento de los trabajadores, hacia la construcción del Poder Popular y el Socialismo.

TOMADO DE:
Declaración de Principios del Colectivo Trabajadores en Revolución

(http://www.aporrea.org/trabajadores/a27778.html 30/11/06)


QUÉ SOMOS Y POR QUÉ SURGIMOS

QUÉ SOMOS Y POR QUÉ SURGIMOS

Por: Colectivo Trabajadores en Revolución

1.- ¿Qué somos?
Cuando nos preguntamos que somos, lo hacemos en función de precisar las consideraciones de tipo ideológico y ético, de nuestra praxis social y política, como clase social, que es factor determinante en el actual contexto de desarrollo del proceso revolucionario venezolano, de manera que nuestra conciencia política nos permita actuar en consonancia con nuestros principios, con los intereses colectivos y de construcción de una nueva sociedad. Por lo tanto somos:
  • Trabajadores bolivarianos, con la conciencia política suficiente para tomar partido por los cambios y por el actual proceso revolucionario venezolano.
  • Reconocemos el liderazgo indiscutible del Comandante Hugo Chávez, líder de esta revolución.
  • Hacemos vida en la UNT.
  • Asumimos que vivimos en una sociedad dividida en clases, la cual es necesario abolir mediante la creación de una sociedad más justa que para nosotros es el socialismo.
  • Nos reconocemos como una instancia política de los trabajadores, no somos ni pretendemos ser un partido político, aunque algunos de nuestros integrantes sean militantes de los partidos revolucionarios.
  • Somos anticapitalistas y por ello irreductible y consecuentemente antiimperialistas.
  • Creemos y practicamos firmemente la democracia participativa y protagónica.
  • Nos nutrimos fundamentalmente de las doctrinas del pensamiento de Bolívar y del pensamiento marxista, sobre la base de que todos estos pensamientos persiguen la justicia social y la emancipación del hombre, y en consecuencia de los pueblos.
  • Reafirmamos el principio de que todos los trabajadores somos potencialmente el sujeto histórico de la revolución.
  • Creemos en la acción política basada en principios éticos e ideológicos, como supremo acto de permanente creación, más aún, de permanente creación colectiva que libere las potencialidades humanas, más allá de cualquier interpretación técnica, instrumental o pragmática.
  • Entendemos que la acción de los trabajadores debe trascender el ámbito sindical, el cual aún reconociendo su gran importancia tampoco puede ser un fin en sí mismo.
  • Por eso nos reconocemos en la sociedad capitalista contemporánea tan llena de contradicciones, complejidades y de recurrentes crisis, como parte de la legión de seres humanos cuya misión histórica es la transformación revolucionaria de nuestra realidad. Por eso somos parte de la revolución latinoamericana y mundial.

    2.- ¿Por qué surgimos?
    En relación con esta interrogante de por que surgimos, podemos hacer referencia a la necesidad de establecer un deslinde ideológico, político, ético y cultural, cuando en el desarrollo de los colectivos se empiezan a confrontar estos elementos, bien sea por sus diferencias o inconsecuencias con los objetivos comunes, con la clase a la que pertenecemos y con el proceso revolucionario. Entonces surgimos:
  • Por nuestra clara, manifiesta y consecuente coherencia entre la teoría y la práctica basada en una ideología y ética revolucionaria en permanente conexión y vínculo con los trabajadores, que marca una ostensible diferencia con los otros factores que hacen vida en la UNT.
  • Por una necesidad, ante la ausencia de escenarios político-sindicales, para propiciar el debate necesario en el seno de los trabajadores que le dé un auténtico contenido político revolucionario a la UNT.
  • Por la exigencia de avanzar en la liquidación de la vieja cultura sindical cetevista, dando un salto político-cultural hacia la construcción colectiva de un nuevo modelo de movimiento de los trabajadores y de sus componentes, que inaugure de verdad una nueva era en el sindicalismo, consustanciada con los tiempos de revolución que vivimos.
  • Porque a diferencia de otros factores no nos autoproclamamos vanguardia o dirección política, ya que entendemos que la relación entre los trabajadores es una relación de iguales. Sin embargo, reconocemos la necesidad de una dirección política, lo que no es un a priori ni se decreta, sino que es producto de una dinámica colectiva.
  • Porque de una etapa estructural organizativa de la UNT, avanzamos hacia una de debate y deslinde político-ideológico, lo que no debe significar una fractura de su estructura, sino por el contrario, la definición, fortalecimiento y consolidación de sus objetivos históricos.

    Tomado de:
    Declaración de Principios del Colectivo Trabajadores en Revolución
    (
    http://www.aporrea.org/trabajadores/a27778.html 30/11/06)

TRABAJADORES EN REVOLUCIÓN, Nº 1, MARTES 1º DE MAYO DE 2007




domingo, 13 de mayo de 2007

¿CUÁLES SON LOS ORÍGENES DEL 1° DE MAYO? ROSA LUXEMBURGO (*)

UN TEXTO, INÉDITO EN CASTELLANO, DE LA GRAN REVOLUCIONARIA MARXISTA

La feliz idea de utilizar la celebración de una jornada de descanso proletaria como un medio para obtener la jornada de trabajo de 8 horas [1], nació en principio en Australia. Ahí los trabajadores decidieron en 1856 organizar una jornada de paralización total del trabajo, con reuniones y distracciones, a fin de manifestar por la jornada de 8 horas. La fecha de esta manifestación debía ser el 21 de abril. En principio, los trabajadores australianos habían previsto esto únicamente para el año 1856. Pero esta primera manifestación tuvo tal repercusión sobre las masas proletarias de Australia, las estimuló y las llevó a nuevas campañas, que se decidió renovar esta manifestación todos los años.

¿De hecho, qué podría dar a los trabajadores más coraje y más confianza en sus propias fuerzas que un bloqueo masivo del trabajo decidido por ellos mismos? ¿Qué podría dar más coraje a los esclavos eternos de las fábricas y los talleres que la reunión de sus propias tropas? Luego, la idea de una fiesta proletaria fue rápidamente aceptada y, de Australia, comienza a expandirse a los otros países hasta conquistar el conjunto del proletariado del mundo.

Los primeros en seguir el ejemplo de los australianos fueron los estadounidenses. En 1886 decidieron que el 1° de mayo sería una jornada universal de suspensión del trabajo. Ese día, 200.000 de ellos abandonaron su trabajo y reivindicaron la jornada de 8 horas. Más tarde, la policía y el cerco legal impidieron a los trabajadores durante años renovar manifestaciones de tal amplitud. Sin embargo, en 1888 ellos renuevan su decisión y prevén que la próxima manifestación será el 1° de mayo de 1890.

Entre tanto, el movimiento obrero en Europa se había reforzado y animado. La más fuerte expresión de este movimiento intervino en el Congreso de la Internacional Obrera en 1889 [2]. En este Congreso, constituido por 400 delegados, se decidió que la jornada de 8 horas debía ser la primera reivindicación. Al respecto, el delegado de los sindicatos franceses, el trabajador Lavigne [3] de Burdeos, propuso que esta reivindicación se expresara en todos los países con una suspensión universal del trabajo. El delegado de los trabajadores norteamericanos llama la atención sobre la decisión de sus camaradas de realizar una huelga el 1° de mayo de 1890, y el Congreso decide esta fecha para la fiesta proletaria universal.

En esta ocasión, como treinta años antes en Australia, los trabajadores pensaban verdaderamente en una sola manifestación. El Congreso decide que los trabajadores de todos los países manifestarán juntos por la jornada de 8 horas el 1° de mayo de 1890. Nadie habla de la repetición de la jornada sin trabajo para los años siguientes. Naturalmente, nadie podía prever el éxito brillante que esta idea iba a tener y la rapidez con la cual sería adoptada por las clases laboriosas. Sin embargo, fue suficiente manifestar el 1° de mayo una sola vez para que todo el mundo comprendiera que el 1° de mayo debía ser una institución anual y perenne.

El 1° de mayo reivindicaba la instauración de la jornada de 8 horas. Pero incluso después que ese fin fue alcanzado, el 1° de mayo no fue abandonado. Mientras que la lucha de los trabajadores contra la burguesía y las clases dominantes continúe, mientras que todas las reivindicaciones no sean satisfechas, el 1° de mayo será la expresión anual de esas reivindicaciones. Y, cuando días mejores lleguen, cuando la clase obrera del mundo haya ganado su liberación, entonces también la humanidad festejará probablemente el 1° de mayo, en honor a las luchas encarnizadas y a los numerosos sufrimientos del pasado.

Artículo publicado, en 1894, en el diario polaco Sprawa Robotnicza (La Causa del Obrero)

NOTAS

(*) ROSA LUXEMBURGO (1871-1919): Dirigente obrera socialista de origen judío-polaco. Desarrolló casi toda su actividad en Alemania a través del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Fundadora del Partido Comunista Alemán (Liga Espartaco) y de la III Internacional. Junto al trabajo político práctico desarrolló un importante aporte teórico con obras como Huelga de masas, partido y sindicato; La acumulación del capital; ¿Reforma social o revolución?; Introducción a la economía política; La revolución rusa.

[1] Se acostumbraba entonces una jornada laboral de por lo menos de 10 a 12 horas diarias.

[2] Se trata del Primer Congreso de la II Internacional.

[3] Raymond Lavigne (1851- ?), militante político y sindicalista.

http://www.marxists.org/francais/luxembur/works/1894/05/rl18940501.htm 13/04/06

Traducción del francés: Giuseppe Raspa, 13/04/06

TRABAJADORES EN REVOLUCIÓN, Nº 1, MARTES 1º DE MAYO DE 2007

TRABAJO ASALARIADO Y SOCIALISMO

El tema salarial es recurrente en la lucha sindical. También es recurrente en las discusiones y en la práctica real en la lucha por el socialismo.

En la lucha sindical, tanto en los países capitalistas, como en aquellos países que tomaron medidas socializantes y estatistas, el tema salarial es obligante, pues de su nivel, en relación con el costo de la vida en un determinado país, depende el nivel de vida del trabajador y su familia.

El aumento de los salarios, como hace notar Marx, no incidiría, en los precios de las mercancías, pero sí hace bajar las ganancias, pues los ingresos del capitalista (ganancia), del terrateniente (renta de la tierra) y del trabajador (salario), se derivan todos de la plusvalía producida por el conjunto de los trabajadores de una determinada economía social.

La fuerza política y social de las distintas clases y fracciones de clases regula de una forma, a la vez económica y extraeconómica, el reparto de la producción de plusvalía, por tanto el nivel de los salarios.

El capital, controlando la producción y distribución de mercancías, aumenta, fuera de toda lógica económica abstracta, pero dentro de la lógica de la extorsión de la plusvalía típica de toda economía capitalista (con patronos o sin ellos), constantemente el precio de las mercancías, en especial de aquellas destinadas al consumo masivo en particular alimentos y bebidas, que en Venezuela, históricamente, han tenido aumentos superiores de hasta un 50% por encima del índice general inflacionario.

De esta manera, los patronos se reapropian de una parte de la plusvalía que se entregó a los trabajadores en forma de salario. Por eso Marx en las conclusiones de Salario, precio y ganancia afirma que “La tendencia general de la producción capitalista no es a elevar el promedio standard del salario, sino a reducirlo.”

Por ello, la lucha por aumentos de salarios es permanente sólo para poder mantener el mínimo vital. De aquí se desprende, entre otros la necesidad de superar definitivamente el orden capitalista, pues es irreformable y su desarrollo sólo conduce al callejón sin salida del desempleo estructural y de la constante baja del costo del trabajo, es decir la constante baja salarial. Por eso, se ha propuesto que junto al aumento salarial se establezca la congelación de los bienes y servicios de consumo masivo.

En consecuencia, “la clase obrera no debe exagerar a sus propios ojos el resultado final de estas luchas diarias. No debe olvidar que lucha contra los efectos, pero no contra las causas de estos efectos; que lo que hace es contener el movimiento descendente, pero no cambiar su dirección; que aplica paliativos, pero no cura la enfermedad. No debe, por tanto, entregarse por entero a esta inevitable lucha guerrillera, continuamente provocada por los abusos incesantes del capital o por las fluctuaciones del mercado. Debe comprender que el sistema actual, aun con todas las miserias que vuelca sobre ella, engendra simultáneamente las condiciones materiales y las formas sociales necesarias para la reconstrucción económica de la sociedad. En vez del lema conservador de "¡Un salario justo por una jornada de trabajo justa!", deberá inscribir en su bandera esta consigna revolucionaria: "¡Abolición del sistema del trabajo asalariado!" (Marx, ibid).

La abolición del trabajo asalariado, junto con las demás categorías mercantiles (mercancía, dinero, plusvalía, intercambio mercantil, etc.), es condición indispensable para levantar una sociedad socialista merecedora de tal nombre. Que ello no sea posible de la noche a la mañana y necesita de su extensión a un territorio cuando menos de muy grandes porciones del planeta, es también cierto. La destrucción del capitalismo y el surgimiento de una sociedad socialista a partir de las “condiciones materiales y las formas sociales necesarias” que el propio capitalismo ha creado, es tarea de toda una época histórica que es la época de la transición al socialismo y al comunismo.

TRABAJADORES EN REVOLUCIÓN, Nº 1, MARTES 1º DE MAYO DE 2007

CONSOLIDAR UNA CORRIENTE REVOLUCIONARIA DE PENSAMIENTO BOLIVARIANO, MARXISTA EN EL SENO DEL MOVIMIENTO OBRERO




TAREA DE LA REVOLUCIÓN

Por: Colectivo de Trabajadores en Revolución


Lo más hermoso del proceso revolucionario está en la diversidad de opiniones que surgen como propuesta desde el seno del pueblo, donde todos, absolutamente todos los factores, convergen en posibilidades de cambio en la estructura del Estado, en franca guerra a la burocracia y a la corrupción. Exigen a la conducta de quienes han tenido y tienen la obligación de exterminar estos flagelos y que hacen de nuestra institucionalidad un armatoste vetusto, inoperante, ineficiente; los cambios necesarios que fortalezcan el espíritu la razón y lógica de la Revolución Bolivariana.

Esta discusión nos lleva a reflexionar sobre cuál es el papel de los trabajadores en este momento político donde la explosión del poder popular se hace sentir con fuerza, como poder constituyente que amenaza con arrasar a su paso al poder constituido y donde se genera inevitablemente una expresión nítida de la confrontación ideológica de clases, pues, los que no comparten lo radical de esta propuesta (los reformistas) no se oponen en teoría, pero en la práctica juegan a la manipulación, al clientelismo, a la macolla, para evitar la conformación de un verdadero poder popular, constituyente, autónomo y revolucionario.

En este debate está ausente la clase obrera, como clase, aunque existan referencias o grupos aislados dentro del movimiento obrero que tengan opinión o participen de los cambios, los trabajadores no hemos estado a la altura de esta circunstancia como clase vanguardia, llamada a asumir el protagonismo revolucionario que la historia le ha asignado a través de los años, desde la revolución industrial hasta nuestros días.

Esto tiene una explicación, durante los últimos 40 años del puntofijismo, la clase trabajadora fue reducida a un simple estamento acrítico, sin conciencia, dirigida por un sindicalismo reformista, comprometido con la opresión capitalista que dejó como herencia un sindicalismo reivindicativista, lochero, y autoritario que generó hacia el resto de la clase el estancamiento, el conformismo y la manifestación de inquietudes en el orden económico reivindicativista; por supuesto al lado de esta mayoría sobrevivió un reducido grupo de sindicalistas proponentes de cambios estructurales que han sido blanco fácil para la descalificación y sometidos al chantaje político por intentar romper el orden constituido. La victoria del Presidente Chávez en el 98 y luego el proceso constituyente que produjo la constitución del 99, desborda el espectro del mundo sindical, nuestras organizaciones sindicales surgieron contra la vieja estructura sindical, sea a través de elecciones o por la vía de sindicatos paralelos, la burocracia cetevista fue perdiendo espacio, espacio que fue llenado por la nueva Central Bolivariana, la UNT, hija indiscutible de este proceso revolucionario; El golpe de Estado de abril 2002 y el paro petrolero de diciembre 2002 y enero 2003, terminaron de desenmascarar a la CTV, y esto marcó su desplazamiento a la categoría de central minoritaria quedando la UNT, como central hegemónica con mayoría de afiliación sindical.

A lo interno de la UNT, se abrió el debate acerca del modelo sindical, y fue esta nueva central también un instrumento donde se debaten las 2 principales tendencias, el reformismo y las ideas de la revolución; la mayoría sindical heredó la de la vieja práctica socialdemócrata, poco democrática, menos autonómica, con profundo arraigo democrático y con una clara tendencia de sumir al movimiento de los trabajadores en apéndices de los partidos que apoyan el proceso, restándole protagonismo y crecimiento cualitativo alejándolo de la posibilidad de convertirse en una parte esencial como sujeto histórico de esta revolución.

Hoy la UNT, es una Central secuestrada por las diversas tendencias que anteponen sus intereses grupales y personales a los intereses de la clase obrera como vanguardia revolucionaria. Nosotros como trabajadores revolucionarios hemos apostado por la construcción de una corriente revolucionaria en el seno del movimiento obrero y desde la UNT. hemos impulsado el Colectivo de Trabajadores en Revolución; CTR; hemos desarrollado una declaración de principios que recoge aportes para un programa mínimo de clase, desde la perspectiva Marxista, Bolivariana con claro apego a las bases y sobre las base de la democracia revolucionaria.

Nos planteamos el desarrollo de un modelo diferente de la gestión sindical desde una perspectiva radical y revolucionaria donde la burocracia, la corrupción, el antidemocratismo, el autoritarismo, el mesianismo y los acuerdos de cúpulas sean borrados del ejercicio sindical; donde se luche por defender y por ampliar los derechos y reivindicaciones de los trabajadores, pero donde la defensa de la revolución, la construcción del socialismo y la transformación del Estado sea una tarea primordial de ese sindicalismo emergente y revolucionario. Donde se abran las bases para el fortalecimiento del poder constituyente de los trabajadores que emerja contra el poder constituido en el movimiento sindical.

Lanzamos la propuesta de los Consejos Bolivarianos de Trabajadores también conocida como Consejos Obreros o Consejos laborales, propuesta que fue asumida por casi todas las corrientes, pero en su verdadera concepción como poder constituyente afloró la primera contradicción de fondo entre los sindicatos y los Consejos de trabajadores y de allí surgen algunas interrogantes: ¿Desaparecen los Sindicatos con los Consejos de Trabajadores? ¿Controla el Consejo de Trabajadores al Sindicato? ¿Controla el Sindicato al Consejo de Trabajadores?, la respuesta a estas interrogantes expresan la ubicación en una u otra corriente ideológica.

Los Consejos de Trabajadores son una propuesta política de los trabajadores al proceso de transformación revolucionaria, que se concibe como instancia de articulación e integración que permitirá a los trabajadores y trabajadoras ejercer su participación no sólo en toma de decisión, sino en la gestión de la fábrica, empresa o institución, su ámbito es el centro de trabajo pero se conecta, relaciona y forma parte de su entorno y las organizaciones sociales. Su política estará en concordancia con las políticas públicas trazadas por el gobierno revolucionario orientados a la conclusión de una sociedad de equidad y justicia social, son entonces una respuesta política de los trabajadores desde las bases, a la exigencia del momento histórico que vivimos.

Los Consejos Bolivarianos de Trabajadores, ni sustituyen ni desaparecen los Sindicatos desde nuestra perspectiva, pero se les asigna el poder constituyente y originario para producir el cambio necesario en los modos de producción, en el control de la fábrica, empresa o institución, y a refundar los sindicatos y su papel así como la nueva institucionalidad.

Para los trabajadores esto es un reto, pues se trata de un cambio radical y todo cambio suele ser traumático, doloroso, incomodo; pero muchas veces lo amargo cura y lo desagradable nos favorece el espíritu.

Vivimos tiempos traumáticos y de la refundación de nuestra Patria, los trabajadores tenemos la misión histórica de junto al pueblo y los campesinos atender el parto de la historia que haga posible el advenimiento de la nueva sociedad, vale decir el Socialismo.

TRABAJADORES EN REVOLUCIÓN, Nº 1, MARTES 1º DE MAYO DE 2007

"MINTRABAJO NEGOCIA CONTRATO PETROLERO CON UNA DIRIGENCIA DESLEGITIMADA"

ENTREVISTA A MARCELA MÁSPERO

Por: I.G. - Aporrea.org Fecha de publicación: 02/04/07

Con mucha preocupación hemos visto en los últimos días algunos acontecimientos que tienen que ver con la negociación del Contrato Colectivo de los trabajadores petroleros.
Marcela Máspero, miembro de la Coordinación Nacional de la Unión Nacional de los Trabajadores UNT y del Colectivo de Trabajadores en Revolución CTR, nos cedió un tiempo para responder algunas interrogantes con respecto a estas negociaciones contractuales.


Aporrea ¿Marcela, que te preocupa de estas negociaciones?
M.M.-Hemos observado lo que está aconteciendo en el sector petrolero, a partir de las actuaciones desde el “poder formal o poder constituido”, de la nueva casta recientemente instalada en el Ministerio del Trabajo, aliada con una cúpula sindical que no tiene nada que ver con el poder originario, ese poder popular que todos los días señala el Presidente Chávez.
Como una trabajadora más de este país, he decidido opinar, porque en este proceso los trabajadores tenemos el derecho de opinar puesto que en la revolución bolivariana no existe delito de opinión, pero menos aún sobre los temas propios de la clase.



Los trabajadores venezolanos asumimos nuestro papel como clase por primera vez en este proceso revolucionario cuando nuestros hermanos petroleros, los obreros, los jubilados, los ex trabajadores, junto al pueblo y las fuerzas armadas restablecieron la operatividad de la industria petrolera, por encima de la burocracia y la tecnocracia aliada con la contrarrevolución, en el sabotaje petrolero.

Aporrea ¿Pero que pasó después?
M.M.-Después de esto, el Presidente Chávez decidió incorporar a dos trabajadores petroleros en la Junta Directiva de PDVSA, entre ellos a Rafael Rosales, Presidente de FEDEPETROL, pero lo que nadie ha dicho públicamente, es la vergüenza que nos causó a los trabajadores el paso de este personaje oscuro por la Junta Directiva de PDVSA.


Para nadie es un secreto el control férreo que todavía mantiene en la Zona de Occidente, en la mayoría de las Gerencias y su alianza con las Contratistas, en desmedro de los derechos de los trabajadores y para vergüenza del proceso revolucionario. Igualmente se le ubica entre los hombres más ricos de esa zona en nuestro país. ¿De dónde proviene su poder? ¿Cómo acumuló sus riquezas?....en su paso por PDVSA.


Hoy, después de su salida, no sólo de la Junta Directiva de PDVSA sino de la Presidencia de la Federación, donde deja encargado a Oswaldo Caibeth, quien conjuntamente con Douglas Pereira, presuntamente funcionan como testaferros, sigue actuando en el sector petrolero moviendo piezas como en un tablero de ajedrez.

Aporrea ¿Existe en PDVSA una tecnocracia?
M.M.-En PDVSA todavía existe una cultura de la tecnocracia y la burocracia muy arraigada, de las élites que forman parte de la derecha y el reformismo que intentan contener todos los días la lucha de clases que se expresa en la industria; que promueven diferencias perversas entre empleados, obreros, profesionales y técnicos y la llamada “nómina mayor”, a la cual han incorporado a trabajadores que no tienen cargos de dirección, sólo para escamotearle sus derechos.


La explotación capitalista está latente en todas sus actividades y aunque los recursos se están distribuyendo para el pueblo venezolano, financiando las misiones, todavía falta mucho para su real transformación. Sumado a esto los traidores, los golpistas, tienen gran incidencia, colados a través de las transnacionales, de las empresas contratistas nacionales y de muchos Gerentes y Directores complacientes.

Aporrea ¿Que pasa con la Convención Colectiva?
M.M.
-A los trabajadores de base se les violenta todos los días la convención colectiva, hay despidos injustificados a trabajadores y dirigentes sindicales, entre ellos a Daniel Álvarez, y nadie responde. Por mencionar solo un caso, en la Inspectoría del Trabajo de la Costa Oriental del Lago las transnacionales han ganado todos los casos contra los trabajadores….aproximadamente 350. ¿Dónde está la justicia social?


En cuanto a la organización sindical, y aquí debemos ser autocríticos, todos apostamos a la consolidación de SINUTRAPETROL como sindicato alternativo al sindicalismo tradicional, con mucho dolor hoy debemos afirmar que su afiliación no llega a los 3 mil trabajadores y que la conducta de muchos de sus dirigentes deja mucho que desear con respecto a los del pasado. Los privilegios personales por encima de lo colectivo, la maniobra cupular, etc.

Aporrea.- ¿Qué pasa realmente con la unificación?
M.M.
-Después de tres años de firmada la convención colectiva, es ahora casualmente cuando los Presidentes de FEDEPETROL, SINUTRAPETROL y FETRAHIDROCARBUROS, deslegitimados y rechazados por las bases sindicales y los trabajadores, apelan a la cláusula 74 de ese Contrato para, ahora sí, “decretar la unificación sindical”.


Los mismos que durante tres años sólo se ocuparon de sus privilegios o de las “cuotas de empleo”, pero jamás de defender los derechos de los trabajadores o de legitimarse democráticamente hoy decretan la unidad, acompañados por un sector de la derecha enquistado en el Gobierno “El Ministerio del Poder Popular para el Trabajo y la Seguridad Social”, que sólo trabaja para un sector burocrático, que no tiene coherencia entre su praxis y su discurso, y que jamás ha estado al frente de ningún conflicto de los trabajadores en este país, que juegan el mismo papel que jugaba el Buró Sindical de AD en sus mejores tiempos, la FBT.


Que casualidad que deciden hacerlo cuando un grupo de sindicatos legitimados, afiliados a FEDEPETROL, acuden al CNE para solicitar el proceso electoral, ya aprobado, designada su Comisión Electoral, en un Consejo Directivo Nacional la semana pasada y fijada la fecha para el 20 de Junio.

Aporrea.- ¿Qué pasa con el Contrato Colectivo de los trabajadores?
M.M.
-Está vencido desde el año pasado, en el lapso previsto las Federaciones introdujeron sus respectivos proyectos, y el Ministerio del Trabajo lo ha retrasado como parte de una política de secuestro de los derechos que sólo pertenecen a los trabajadores y a sus familias, no al Estado ni a las federaciones.


Esta política del Ministerio la justifican en la “falta de legitimidad de las Federaciones”, y esta semana vemos como desde el Despacho del Trabajo anuncian la conformación desde las cúpulas, de una Comisión para la creación de la nueva Federación y una comisión negociadora, supuestamente, del Contrato Colectivo, pero ya vemos a algunos actores entre ellos a Will Rangel y Girot, hablando de bonificaciones….esto no es lo que aspiran los trabajadores petroleros.


Si se hiciera una encuesta hoy entre los trabajadores, inequívocamente el resultado sería que los trabajadores están esperando la discusión de su contrato, pero sin la presencia de los mismos actores que lo hicieron en el pasado y sin que le bonifiquen su salario.

Aporrea.- ¿Y que propones hacer?
M.M.
-La unidad es un objetivo estratégico para la clase trabajadora, pero esta no se impone o decreta, se construye desde la clase, y esta mamarrachada que nos quieren vender es la unidad de cúpulas para sustituir unas castas por otras, y para tratar de mantener en el poder a los que ya no tienen nada, cuando vienen siendo desplazados por la fuerza de la base.


Es fundamental trabajar y consolidar la unidad de los trabajadores petroleros, y una de las maneras sería legitimar desde las bases, primero estas Federaciones e iniciar un proceso de transformación hasta de la propia estructura de la organización, lo cual no es un problema de siglas o estatutos, sino una unificación de fondo con los trabajadores, se trata de un problema de cultura sindical, de definir el papel de los sindicatos y los trabajadores en este proceso, y en eso hay que trabajar muy duro para erradicar la vieja cultura sindical cetevista muy arraigada entre nuestros sindicatos bolivarianos. Este es un tema de conciencia, de la necesidad de transformación, que va de lo personal a lo colectivo.


Si ya hay elecciones convocadas en FEDEPETROL, las otras deberían hacer lo propio para legitimar los voceros e interlocutores que avancen hacia el proceso unitario, con la participación protagónica de los trabajadores.
Iniciar de inmediato la discusión del Contrato Colectivo, existe un precedente, que fue la discusión de la Contratación entre CADAFE y FETRAELEC. Esta Federación convocó su proceso electoral y mientras transcurrían los lapsos se discutió y firmó el Contrato Colectivo.


En el sector petrolero hay que designar a los negociadores, a partir de los sindicatos de base ya legitimados. LA CONVENCION COLECTIVA ES UN DERECHO DE LOS TRABAJADORES Y SUS FAMILIAS, IRRENUNCIABLE, sobre el cual no pueden decidir las cúpulas y la burocracia del Estado.

Aporrea.- ¿Hacia donde vamos?
M.M.
-Alguna gente que se reivindica con partida de nacimiento de “izquierda”, aprovecha hoy el poder formal, para actuar a favor de la derecha y el reformismo, estos actores impiden a toda costa el avance hacia el socialismo, maniobran desde el poder formal o constituido para secuestrar o acallar al poder originario o constituyente, esto no tiene nada que ver con el Socialismo.
En mi caso, aunque no vengo de la izquierda, pero a partir de este proceso nos hemos venido encontrando con este pueblo y los trabajadores, con sus sueños y esperanzas, que estamos conociendo a Marx y su teoría como herramienta filosófica y metodológica fundamental para la transformación de la sociedad, que estamos leyendo a Gramsci, a Lenin, a Rosa Luxemburgo, que debatimos en círculos de estudio sobre la necesaria transformación del movimiento sindical y la construcción del socialismo, que nos consideramos trabajadores bolivarianos, con un discurso y una practica coherente, que estamos consustanciados con los problemas de la clase, que jerarquizamos por encima de los afanes dirigenciales, el contribuir a la conquista de condición de sujeto histórico de la clase y reconocemos el liderazgo fundamental del Presidente Chávez en este proceso, si sabemos hacia donde vamos, y reafirmamos que en esta etapa de la revolución, como expresión de la lucha de clases, hay una lucha entre las nuevas castas y el poder originario. La revolución solo será posible en la medida que triunfe el poder originario, el Socialismo avanzará en la medida que erradiquemos la explotación capitalista, no es un problema de discursos, es nuestra carta de presentación, nuestra cédula de identidad, nuestra esperanza y en eso se nos va la vida.

Aporrea.- Finalmente ¿Cuál es tu llamado?
M.M.
-Le hago un llamado al Ministro Ramírez y al alto Gobierno, a que verifiquen: ¿Quien ha estado negociando hasta altas horas en el Ministerio del Trabajo? ¿Quien celebró el día viernes con sus aliados estratégicos el golpe asestado? ¿A quién representan muchos de los actores involucrados? ¿Quién está llamando a todos los dirigentes sindicales para que participen en la negociación?.......el oscuro personaje del que hablamos, Rafael Rosales, el mismo que sigue manejando los hilos del poder desde las cúpulas de las Federaciones, a través de testaferros y agentes disfrazados con boinas rojas, a nombre de la Fuerza Bolivariana de Trabajadores FBT y que no son más que los mismos actores del pasado, acompañados por nuevos….con las mismas intenciones.

http://www.aporrea.org/energia/n92772.html 02/04/07

TRABAJADORES EN REVOLUCIÓN, Nº 1, MARTES 1º DE MAYO DE 2007

SIN CLASE TRABAJADORA NO HAY SOCIALISMO


EDITORIAL


El proceso revolucionario venezolano se dirige aceleradamente hacia definiciones cruciales. La situación de ambigüedad que durante varios años se ha mantenido y reforzado, por unas u otras razones, -pero sobre todo por la ausencia de definición sobre el carácter de la revolución-, llega a su fin.
Para poder avanzar, la revolución necesita profundizarse. El carácter socialista, proletario e internacionalista cobra cada vez más importancia. Los sectores que creían, y creen, que una cierta distribución de la riqueza, un gobierno decente, control de la inflación y de los niveles de corrupción, es lo más a que puede aspirarse en el desarrollo del actual proceso político. Que el capitalismo lo más que necesita es de ciertas reformas que lo “humanicen” y lo hagan “sustentable”.
Pero, esta es una ilusión (de quienes honestamente piensan así) y un fraude (de aquellos siempre prestos a cambiar la morocota por el menudo).

LA AUSENCIA DE UNA CENTRAL SINDICAL EFECTIVA (UNT) RETRASA EL AVANCE DE LA COMBATIVIDAD, LA ORGANIZACIÓN Y LA CONCIENCIA DE LA CLASE TRABAJADORA
Los trabajadores sin organización sindical y política no dejan de ser mera materia prima bruta del proceso de producción capitalista. De ahí la necesidad de la organización sindical y de una confederación que centralice todas las luchas reivindicativas de las amplias masas trabajadoras. Mientras exista capital y explotación capitalista, mercancía y dinero, mercado y libertad para vender la fuerza de trabajo al mejor postor, los trabajadores necesitaremos de la organización sindical.

PARA LA CONFORMACIÓN DE UNT SE NECESITAN ELECCIONES DEMOCRÁTICAS, POR LA BASE, CON LA PARTICIPACIÓN DE TODAS LAS CORRIENTES Y UN ESTATUTO APROBADO EN COMÚN Realizar este mismo año, elecciones para la Confederación Nacional y para la Federaciones Regionales, es, en consecuencia, de vital importancia para el desarrollo del movimiento obrero venezolano, no sólo en el inmediato ámbito económico-reivindicativo, sino en el ámbito de la lucha política de clase por dirigir a la nación venezolana en el combate contra el imperialismo y sus socios criollos.

LAS REIVINDICACIONES DE ESTE PRIMERO DE MAYO
En primer lugar un aumento de salario proporcional a los índices inflacionarios, pero con una propuesta más estructural, más allá de una concepción economicista y ficción monetarista, que genera un círculo vicioso entre aumentos de salarios, inflación y especulación, que no representan una mejora real en el poder adquisitivo de los trabajadores. Por ello, es necesario además del aumento salarial, el control de los precios de los artículos de consumo masivo y el estudio de la estructura de costos de las empresas industriales, agrícolas, comerciales y financieras.
Las convenciones colectivas deben retomarse saltando las razones jurídicas formales (la realidad está por encima de la forma), a fin de beneficiar a los trabajadores y sus familias. De igual manera hay que incorporar a las convenciones colectivas, aspectos que perfilen el poder de los trabajadores; humanización del trabajo (reducción de la jornada de trabajo), participación obrera en las diferentes etapas del proceso de producción, incorporación del salario social integral y los temas ambientales, entre otros.
Con respecto al MINTRASS: disfunciones de las Inspectorías y de la mayoría de sus instancias; la discrecionalidad con que se otorga la solvencia laboral, los cambios de procedimientos internos para sus tramitaciones, sin anuncio debido; el doble rasero para decidir sobre la vida interna de los sindicatos y sus cualidades de ley, interviniendo y centralizando con estos actos, decisiones que sólo competen a los sindicatos y sus afiliados.Igualmente, nos encontramos ante: incumplimiento de la LOPA obstáculo para accionar procedimientos sancionatorios y que termina siendo arma contra los propios trabajadores; reiterada negativa tanto a la publicación de los listados de empresas insolventes, solventes y en trámite, como al necesario control social de los trabajadores en el otorgamiento de solvencias; la concepción legalista manifestada en darle preeminencia al “estado de derecho”, es decir al derecho de los patronos y el capital, por encima del llamado “débil jurídico”. Finalmente, la necesaria transformación radical de la estructura y el papel del MINTRASS, como del marco jurídico-laboral venezolano.

REFORMISMO, BUROCRATISMO Y CORRUPCIÓN SON LOS INSTRUMENTOS DEL IMPERIALISMO Y LA BURGUESÍA INTERNA PARA CONTENER Y DESVIAR LAS LUCHAS OBRERAS Y POPULARES
Las luchas contra este trío sólo tiene sentido si se comprende que su caldo de cultivo son las ganancias monopólicas del capitalismo en su estadio imperialista y en la senectud de esta misma fase que lo lleva a la criminalización de la propia economía con su corolario de guerras, destrucción de empleos, bajos salarios, flexibilización y deslocalización laborales que afectan al conjunto de los trabajadores en todo el mundo.
Por tanto combatir contra el reformismo y las capas burocráticas sindicales y políticas, significa que los trabajadores debemos controlar la plusvalía producida en otros países y que ingresa bajo la forma de renta petrolera.
Combatir contra el burocratismo tampoco es un asunto de prédica moralizante. Se trata, ante todo, del estrecho control obrero y popular de todos los procesos políticos, sociales, económicos y laborales. Se trata del aumento de la eficiencia del aparato del Estado puesto bajo férreo control popular.
Combatir contra la corrupción sólo es posible en una perspectiva a largo plazo de destrucción del capitalismo y de abrir camino a una economía y a una sociedad socialistas. Mientras exista una economía de la miseria y la sobrepoblación crecientes, la corrupción será una especie de reparto perverso de las rentas y sólo se podrá limitar hasta cierto punto sin posibilidad de erradicación de la misma.

LOS CONSEJOS BOLIVARIANOS DE TRABAJADORES COMO EXPRESIÓN DEL PODER POPULAR DE LA CLASE OBRERA
Tomar la dirección de la economía nacional por parte de los productores, exige organismos de organización y lucha distintos al sindicato. Este último seguirá existiendo para gestionar las relaciones laborales, los convenios colectivos, las leyes laborales, en fin la lucha diaria (la guerra de guerrillas, la llamaba Marx) contra la explotación capitalista.
Los Consejos, en cambio, se establecen en el ámbito de la dirección de la empresa, en la planificación de la producción, en sus relaciones con el conjunto de la rama económica a la que pertenece y de la propia economía nacional. Aquí, los trabajadores irán convirtiéndose en los dirigentes de la economía partiendo de la dirección de la empresa, enlazándola con la comunidad circundante, ejerciendo paulatinamente, junto a las otras clases y capas sociales explotadas y oprimidas, la nueva hegemonía política, social y cultural sobre el conjunto de la sociedad.
Su impulso, el seguimiento constante de su labor, la reflexión permanente sobre su accionar, son tarea estratégica de la que depende buena parte del futuro del proceso revolucionario bolivariano.

LA CONFORMACIÓN DEL PSUV CONDENSA TODAS LAS CONTRADICCIONES SEÑALADAS
El llamado a la constitución, por parte del presidente Chávez, de un Partido Socialista Unificado, ha trasladado a ese terreno todas las contradicciones que hemos esbozado. Reformismo, burocracias estatal, partidista y sindical, corruptos de toda laya (no pocas veces reformistas y burócratas), patronos reconvertidos al “Socialismo del siglo XXI”, están por la construcción de este partido (sólo algunos hicieron intentos por establecer distancias). ¿Cambio de actitud y de política? Nada de esto. Sucede que si se quiere frenar un autobús, nada mejor que sentarse en el puesto del chofer. Sin embargo, también confluyen militantes populares de distintos orígenes que ven en este partido una posibilidad de superar la dispersión política y el partidismo agudo que casi le cuestan la vida a este proceso.
Los próximos meses verán un importante desarrollo de este instrumento y una aguda lucha política por su dirección que será la lucha por la dirección del proceso político venezolano.
Los trabajadores tenemos mucho que decir al respecto.

TRABAJADORES EN REVOLUCIÓN, Nº 1, MARTES 1º DE MAYO DE 2007